22 agosto 2025

Más allá de Ucrania. La Cumbre de las Sombras de Alaska señala una agenda económica oculta entre Washington y Moscú

 


Un análisis crítico y de realpolitik revela que la Cumbre de Alaska fue una teatralidad que anunció acuerdos preestablecidos que involucran la cooperación económica entre Estados Unidos y Rusia a través de Ucrania y Asia Occidental, reorganizando las alianzas globales.

Una inmersión profunda y desconcertante en la verdad detrás de la cumbre de alto perfil de Alaska entre Trump y Putin, así como en las reuniones pasadas y futuras entre Washington y Moscú, son la punta del iceberg de posicionar a Trump como un diplomático o un presidente “de paz", para distraer la atención de su habilitación del genocidio, la guerra en el extranjero, y políticas cada vez más fascistas en su país.

La Cumbre de Alaska entre las delegaciones estadounidense y rusa no sólo fue teatral, pues ya se ha decidido y negociado previamente mucho, sino que estos acuerdos involucran mucho más que a Ucrania. El verdadero acuerdo implica cooperación económica, particularmente en recursos minerales en los territorios ahora ocupados por Rusia y antiguos territorios ucranianos, el Ártico, Asia Occidental (Medio Oriente), corredores, Israel, y cómo esto podría afectar a China y tal vez poner en peligro a Irán, la Resistencia y el orden global.

América Latina, específicamente Venezuela es el próximo pivote de Washington, junto con la expansión del Gran Israel y su guerra contra Irán. Una parte crucial del acuerdo es la aparente aceptación por parte de Rusia de una garantía de seguridad al estilo de la OTAN para Ucrania; aunque no acepta su entrada en la OTAN. Quizás refleje la ocupación israelí de Cisjordania, como afirmó Steven Witcoff.

A cambio, a Rusia se le están otorgando concesiones importantes en Siria, África y otras áreas para asegurar sus intereses económicos y bases militares, facilitadas por la aprobación de Estados Unidos e Israel. Esto requiere que Rusia colabore con Israel, actuando efectivamente como su representante de seguridad en el sur de Siria para permitir la expansión sionista. El acuerdo es parte de una estrategia estadounidense más amplia para rediseñar los corredores comerciales y energéticos en Asia occidental, aislando a Irán y expulsando a China de cadenas de suministro críticas. Pero Rusia es un aliado tanto de Irán como de China y conoce muy bien su papel; es poco probable que lo abandone. Sin embargo, está claro que Rusia también busca normalizarse con Estados Unidos para obtener beneficios económicos y cree que Trump está actuando genuinamente para resolver la cuestión de Ucrania.

Existe un profundo escepticismo entre los dirigentes rusos, que consideran ingenuamente esperanzadores de la normalización estadounidense, una estrategia que creemos que, en última instancia, resultará contraproducente. Estas maniobras geopolíticas están conectadas directa e indirectamente con el genocidio en curso en Gaza, y la "paz" en Ucrania es un simple pivote de la maquinaria de guerra hacia otros teatros de operaciones en Asia occidental y el Sur global. También observamos y condenamos la compasión compartimentada de los medios de comunicación y los gobiernos occidentales, destacando la hipocresía de celebrar la paz para los europeos mientras se ignora la matanza de los palestinos. En última instancia, estos acontecimientos no son conflictos aislados, sino frentes interconectados en una guerra global acelerada por los recursos y la hegemonía.


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