La alta finanza, dueña de la vida del país, se agarra a sus métodos estúpidos de bajos salarios, que originan el estancamiento económico. No puede admitirse que millones de nuestros compatriotas sean despreciados, puestos en una situación inhumana, mal pagados, mal alojados, privados de asistencia social y no respetados en su dignidad, no ya de trabajadores, sino de españoles. Y eso únicamente porque lo exige la insaciabilidad de su propio interés. O este supercapitalismo, corruptor político y aprovechado socialmente, se plega a la ley del interés superior, o será implacablemente machacado. Sus intereses solo resultarán admisibles cuando se ajusten al interés de todos.
Hoy la vida de todo aquél que trabaja, tal como está siendo impuesta por el capitalismo, con la inestimable ayuda interesada de su siervos infiltrados en el Estado español, es intolerable. Pues intolerable es que una gran masa de españoles se encuentre "bajo un puente" o hacinados en chabolas, o a punto de ser expulsados por la fuerza de sus hogares, sin pensiones mínimas garantizadas y comenzando a carecer de servicios sociales que den alivio a sus vidas.
Esta imposición de la cobarde burguesía imperante, rastrera e inhumana, que ocupa el Estado y utiliza las finanzas para darse satisfacción así misma,absolutamente desnaturalizada, torpe, miedosa y sin alma alguna, no tiene en cuenta para nada las realidades económicas fundamentales.
Sólo un levantamiento, de momento pacífico, desencadenará resultados, pues estos magnates del supercapitalismo y sus serviles ratas, son, en general, más bien cobardes. Es preciso que sientan miedo. Sólo cuando se queden morados como las ciruelas se mostraran razonables.
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