Con «Côté Jardin», producido por su amigo Hein van de Geyn, Philip Catherine festeja su 70 aniversario de manera soberbia. Él, que ha cruzado por el jazz americano, de Charles Mingus a Chet Baker, pasando por Tom Harrell, Dexter Gordon o Joe Lovano, y también por la crema del jazz europeo como Stéphane Grappelli, Joachim Kuhn, Didier Lockwood, Enrico Pieranunzi o Richard Galliano, sabe permanecer fiel a la amistad, como lo demuestra la presencia en el contrabajo de Philippe Aerts, que está a su lado desde hace más de 20 años (desde un memorable Jazz à Liège de 1991 en trío junto a Charlie Mariano, hasta el álbum “Play Cole Porter” de 2011), pero también sabe ir al descubrimiento de nuevos talentos, como es el joven pianista de origen italiano Nicola Andrioli, al que particularmente oyó en el seno del Quinteto de Mimio Verderame o a la cabeza de su propio trío, o el baterista Antoine Pierre al que descubrió al lado de Igor Gehenot, Greg y Steve Houben o de Serge Lazarévitch en el Pelzer Jazz Club y de Enrico Pieranunzi en Maastricht. Además de esto, para que el Cuarteto sea de terciopelo, Philippe Decock destila, sobre su sintetizador, discretas coloraciones irisadas como antes lo habían hecho para él, Michel Herr en el álbum “Transparence” de 1986 y Kevin Mulligan para “Oscar” de 1990. Por último, en el canto, Isabelle, la hija de Philip, interpreta, con mucho de encanto, las palabras que Jacques Duvall ha presentado en “Côté Jardin”. El repertorio, contiene tres melodías originales de Nicola Andrioli (“Lost Land”, “La prima Vera”, “Karagoz”), una versión alegremente revisitada de “Je Me Suis Fait Tout Petit” de Brassens y, por fin, ocho composiciones personales de Philip, como tantos jalones que subrayan su incomparable carrera: de nuevos títulos como “Misty Cliffs” y “Seven Teas” pero también el gran clásico “Janet” tocado muchas veces con Charlie Mariano (álbum “Sleep my love” de 1979 o “End of August” de 1982), “Côté Jardin” presente en el cd “Moods” en compañía de Tom Harrell en 1992, “Gilles et Mirona” presente en “Summer Night” en 2002, “The Hostage” y “Yellow Landscape” del álbum Meeting Colours grabado en compañía de la Brussels Jazz Orchestra en 2005, y finalmente “Virtuous Woman” de la época en que Philip reemplazó a Jan Akkerman en el seno del grupo Focus en el año 1976. Pero, cualquiera que sea el repertorio, encontramos la misma magia y, primero, esa sonoridad inimitable, esa nota que canta. Es raro que se pueda identificar a un guitarrista desde la primera nota: es el caso con Philip en esta alianza sutil entre lirismo solar (“Misty Cliff”, “Gilles et Mirona”) y agudo sentido del ritmo (“La Prima Vera”), galvanizado aquí no solo por el drive enérgico, sino también fluido y preciso, de Antoine Pierre que da pruebas de una asombrosa madurez para su edad (20 años). La musicalidad extraordinaria de Philip Catherine valora también el clima de empatía efectiva que lo une a sus músicos: una complicidad totalmente natural y antigua con Philippe Aerts en el juego siempre tan melódico, complicidad totalmente nueva con Nicola Andrioli que comparte el mismo lirismo trasparente (“Lost Land”) y con Antoine Pierre que aporta al grupo nuevas coloraciones rítmicas: un toque de udu en “Virtuous Woman” o este sutil e inventivo solo con campanillas y címbalos chinos en “Janet”. Así como lo ha dicho tan bien el crítico francés Francis Marmande del Monde: “Philip Catherine no toca música, es la música”.
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