La gente no creía lo de la corrupción de los políticos, ni siquiera cuando la corrupción era más fuerte con Felipe González, que perdió las elecciones pero lo siguieron votando 9 millones de personas. Unos porque no creen que lo de la corrupción sea verdad y otros porque, sencillamente, no les importa nada. Es decir, les importa un bledo. Les da igual, a los gobernados les da igual que los gobernantes sean corruptos o bien que es inevitable, lo que no es cierto. La cosa es que el sistema, repetimos, no es una democracia, no se parece en nada a una democracia. La idea de que la democracia lleva aparejada la corrupción es falsa. En España no ha habido nunca democracia.
El asuntito de la corrupción está hoy en todos los medios nacionales, siendo la estrella el tal Bárcenas al destaparse lo de los millones depositados en cuentas suizas y los sobresueldos que ha estado dando durante años a altos dirigentes del PP. El abogado de Bárcenas dice que no existe delito fiscal en quien da un sobre, sino en quien lo recibe y no lo declara. Miguel Bajo es un buen penalista y ha hecho una observación que no está desprovista de ciertos fundamentos pero en otro CP sería imposible.
Por otro lado, la corrupción de Bárcenas (financiación ilegal de los miembros de los partidos) no es la misma corrupción que, por ejemplo, la de Galicia (corrupción de partido) que altera las elecciones afectando por tanto al partido. Y otra, la corrupción de Baltar en Galicia es un caso de nepotismo. Por eso la forma de combatir la corrupción es distinta según la especie de corrupción.
Decir que hay soluciones institucionales y jurídicas para cada tipo de corrupción. Tanto en la historia como en el ejemplo de cómo la han combatidos otros países.
Hoy podemos ver aquí dos tipos de corrupciones, la personal de los miembros del PP, que dice el diario el País que cobraban un sobresueldo mensual de 3.000 euros en sobres, dice que de hecho los sueldos eran de 9.000 euros y después lo bajaron a 6.000 y la diferencia era por el dinero que recibían personalmente en sobres. Y llega a decir el País que fue Aznar, inspector de hacienda, el que ideó esa forma de corrupción.
Pues bien, en esta corrupción se suman dos tipos que hay que combatir de manera distinta. La corrupción de partido, porque si no hay corrupción de las comisiones internas no habría reparto de sobresueldos, necesaria para que exista la otra. Es decir, la primera es la prevaricación, el partido tiene que estar en el Gobierno y haber cobrado comisiones de los contratistas del Estado y suministradores de la Administración. La segunda el disfrute de lo ilegalmente obtenido entre los dirigentes del partido o reparto entre buitres: Cuando Bárcenas reparte miles de euros mensuales a la cúpula de su partido.
Cuando dice la Cospedal que cada uno aguante su vela (no dice cada palo, sino cada uno) está diciendo que cada uno tiene una vela; yo creía que un partido, como un barco de vela tiene una arboladura, única. Así que lo que dice de que cada uno aguante su vela se puede decir de todo aquello que no sea una organización. En un tsunami no hay organización y cada uno se salvará como pueda. En cambio, cuando hay una organización, decir que cada uno aguante su vela, es estar diciendo que no hay organización. ¿Es que tú, secretaría general, puedes decir que en tu partido no conoces quienes son los que cuelan el sobre, ni por tanto qué harán con aquellos que sean descubiertos? Y dice la Sra. que cada uno aguante su vela. Bueno pues a esto vota la gente. Un partido, que se sepa, es una organización. No estamos diciendo que haya de volverse al derecho penal primitivo con la ley del talión, que es lo que significa lo de que cada uno aguante su vela; pero es que antes de la ley del talión propuesta por la Cospedal, la organización de ese partido es responsable de esos delitos individuales.
No puede aguantar cada uno su vela sin hundir la organización que los sostiene. En un desastre humano se puede decir lo de que cada uno aguante su vela, pero no se puede decir en una situación que no es un cataclismo natural. Esto no es un cataclismo natural ni se ha producido de repente, Bárcenas lleva más de 20 años de tesorero.
Y deja caer la amiga Cospedal que Bárcenas no tiene nada que ver con el partido. Hay que fastidiarse, qué cinismo tiene la tía. Pero si Bárcenas tenía despacho hasta ayer mismo en la sede del PP, utilizando coches del PP y a su abogado le paga el PP. Pero qué están diciendo!. Además, Bárcenas pillado y acusado en el asunto Gürtel en Valencia, ni fue sacrificado, ni fue echado, ni se le castigó de ninguna manera.
Unamuno decía que si alguien miente llámale mentiroso, si alguien roba, llámale ladrón. Por eso decimos que los políticos se dividen en sinvergüenzas o idiotas; sinvergüenzas los que se aprovechan del régimen para enriquecerse o darse títulos académicos, honores, ocupar las academias, tener fama de inteligentes, de sabios, cuando son unos patanes incultos, unos ceporros.
Lo que interesa no es denunciar la falsedad, sino buscar soluciones a las causas que permiten la corrupción. Lo grave de España no es que haya corrupción, que es evitable, sino que la corrupción es, por un lado, factor de gobierno y por otro motivo de orgullo de las nuevas fortunas, pues todas las nuevas fortunas proceden de la corrupción.
Incluso en el terreno de la economía, ¿o es que se quiere desconocer que Aznar, o González, repartían entre sus amigos las grandes empresas estatales; acaso esto no es corrupción?. ¿Esto es una democracia en la que los votantes controlan, efectivamente, a sus representantes?. ¡Venga hombre ¡
La corrupción es el aprovechamiento que obtienen los más listos en el poder al carecer de escrúpulos, ósea los políticos. Por definición, en un régimen como el español los políticos carecen de escrúpulos. Lean a Michels, el descubridor de la Ley de Hierro, basado en un estudio sistemático de lo que sucedía en los partidos socialistas.
El descubrimiento de la Ley de Hierro describe la imposibilidad de que los partidos se rijan en sus relaciones internas democráticamente, pues sus miembros están al servicio de sus dirigentes. Es decir, una ley universal no desmentida por nadie. Y eso lo describe Michels cuando los partidos políticos no estaban incrustados en el Estado, sino en la sociedad civil; ¿ qué sucederá cuando esos partidos pasen a ser órganos del Estado como ocurrió después de la II Guerra Mundial?.
Así que un partido estatal como el PP, o el PSOE, da lo mismo, regido por sus cúpulas, ¿cómo van a desconocer quién ha cobrado y quién no ha cobrado un sobresueldo de forma ilegal durante años?. ¿A quién quieren engañar a estas alturas; si en la vida interna de un partido no hay libertad de información ni hay democracia?.
Solución: Los partidos no pueden ser estatales.
Y si Rubalcaba pide la dimisión de Montoro está evidenciando que tiene más miedo aún que Rajoy. ¿Cómo que dimita Montoro? Si eso no es nada, eso es una frivolidad. ¿Que dimita Montoro?, que dimita Rajoy, en el acto, ahora mismo previa denuncia ante los Tribunales. A Rajoy y a la Cospedal, a toda la cúpula.
Todos los políticos españoles, desde el inicio del régimen vigente, monarca incluido, saben que sin corrupción, sin prevaricación, este régimen no hubiera durado ni un mes. La corrupción es el lubricante que necesita un régimen reaccionario para que parezca un sistema democrático.
Así que un partido estatal como el PP, o el PSOE, da lo mismo, regido por sus cúpulas, ¿cómo van a desconocer quién ha cobrado y quién no ha cobrado un sobresueldo de forma ilegal durante años?. ¿A quién quieren engañar a estas alturas; si en la vida interna de un partido no hay libertad de información ni hay democracia?.
Solución: Los partidos no pueden ser estatales.
Y si Rubalcaba pide la dimisión de Montoro está evidenciando que tiene más miedo aún que Rajoy. ¿Cómo que dimita Montoro? Si eso no es nada, eso es una frivolidad. ¿Que dimita Montoro?, que dimita Rajoy, en el acto, ahora mismo previa denuncia ante los Tribunales. A Rajoy y a la Cospedal, a toda la cúpula.
Todos los políticos españoles, desde el inicio del régimen vigente, monarca incluido, saben que sin corrupción, sin prevaricación, este régimen no hubiera durado ni un mes. La corrupción es el lubricante que necesita un régimen reaccionario para que parezca un sistema democrático.
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