I.
Mucha gente cree todavía que la banca privada presta el dinero que otros han depositado ahí, como una suerte de transferencia entre los ahorrantes y los deudores. Pero eso no es cierto: los bancos crean dinero desde la nada y esa magia especulativa al hacerse sin control de ningún tipo, es la que desata las crisis. El dinero ha perdido su rol de puente entre necesidades insatisfechas y recursos no utilizados. Recuperar este puente no solo será una tarea de gran audacia, sino también una avanza estratégica para superar la crisis del euro y del sistema financiero al cual pertenece. Mientras tanto, un buitre al servicio de Israel se encuentra bajo custodia policial en Sudán acusado de espia.
II.
Hay textos que todo lo ponen en claro, sin necesidad de entrar en grandes controversias. Uno es el Manifiesto firmado por 40 organizaciones a favor del Estado de bienestar, de 21 de febrero de 2012. Promovido, no podía ser de otro modo, por CCOO y UGT, es suscrito por un variopinto grupo de colectivos, algunos muy singulares.
Entre estos destacan dos, el SUP (Sindicato Unificado de Policía) y la AUGC (Asociación Unificada de Guardias Civiles). Dado que el anarquismo de Estado hace de la custodia del Estado de bienestar, al que tilda de “conquista de los trabajadores”, el centro de su actividad, aquí tenemos la prueba del carácter institucional, estatista y pro-capitalista, de dicha corriente, que no se avergüenza de coincidir con las fuerzas represivas. Al apoyar el Estado de bienestar dan respaldo a la norma de 1963 que le organiza, una ley del franquismo, una ley fascista. Se llaman “libertarios” pero defienden la legislación franquista y aparecen unidos, en su programa, con la policía nacional y la guardia civil, ¿se puede llegar más lejos?. Esa minoría de “libertarios” al servicio del Estado (de bienestar, por supuesto), no se quedan ahí. Son, al mismo tiempo, los más entusiastas loadores de las religiones políticas. Sobre todo del feminismo de Estado, de la Ley de Violencia de Género, ese engendro neo-franquista, destinada a destruir a las mujeres y a promover el Estado policial. En la cuestión de la emigración y el racismo se reducen a copiar a las ONGs, esto es, a lo peorcito, por hiper-subsidiado, del artefacto estatal. En la de la homosexualidad reproducen el contenido del Boletín Oficial del Estado de 2/2/2012, que declara “de utilidad pública” a la principal organización gay del país. En la cuestión del islamismo, respaldan al islamofascismo, ahora combatido por los trabajadores de Egipto y Túnez con formidables movilizaciones callejeras, y repiten la política del PP sobre la Alianza de Civilizaciones, dirigida a promover en Europa el islamofascismo. Y, por supuesto, ante la cuestión de la revolución anti-estatal y anti-capitalista se declaran virulentamente en contra para defender el reformismo burgués más sórdido.
Pero el anarquismo de Estado está haciendo algo mucho peor y más dañino: desacreditar al movimiento libertario. Al presentarle como una forma de culto por el Estado logran que una parte, por desgracia creciente, de la gente más consciente meta en el mismo saco a lo libertario y a los partidos políticos de la izquierda[1], considerando a aquél como un apéndice de éstos. Yo no soy libertario pero creo que el programa de revolución integral, para realizarse, necesita de un movimiento libertario fuerte, así como de otras corrientes de pensamiento y acción, dado que esa revolución es plural y no-ideológica. El anarcoestatismo lo que está llevando a cabo es una inteligente estrategia de liquidación del movimiento anarquista, al que se propone llevar al redil de la socialdemocracia, anulándolo como fuerza social independiente y revolucionaria, destruyéndolo. Dicho anarquismo de Estado es minoritario dentro del universo de lo formalmente libertario, pero muy activo, ruidoso, agresivo (en eso se nota su proximidad al franquismo y a la policía), sin escrúpulos y, por ahora, va ganando. Si no hay una fuerte reacción de las y los auténticos libertarios, que son el 90%, contra él, el anarquismo ibérico se casi-extinguirá en unos pocos años. La gran mayoría de la gente libertaria no está de acuerdo con la loa del Estado de bienestar, ni con la apología de las religiones políticas del Estado, ni con la línea socialdemócrata de ciertas publicaciones volcadas en la alabanza de ese gran estetócrata y socialdemócrata, intelectual burgués y patético reaccionario, llamado N. Chomsky. Pero, por el momento, guardan silencio. El silencio es dejar hacer, y “quien calla, otorga”, dice el refrán. Ese silencio, de mantenerse, liquidará por desnaturalización, descrédito y ridículo al movimiento libertario, dañando con ello al programa de revolución social integral.
III.
Los recientes asesinatos masivos en EEUU permiten, una vez más, a los medios progresistas pedir el control de las armas por el Estado en ese país. Pero no son las armas las que matan sino las personas, ciertas personas. Aquéllos olvidan que Thomas Jefferson, para defender la libertad, se opuso a que en EEUU hubiera ejército permanente, preconizando el armamento general del pueblo. Eso está muy bien. Desarmar al pueblo es un acto liberticida. Las causas de tales matanzas es el individualismo feroz, y el ciego odio al otro, que se ha instaurado en las sociedades occidentales, terrible estado de conciencia colectiva y personal que el progresismo supuestamente “humanista” y “pacifista”, esto es, hipócrita dos veces, ha introducido en las mentes de las gentes. Él es, por tanto, el culpable, no las armas.
IV.
Muchos, aquellos que se creen los más “subversivos” y “radicales”, odian la ética, y la tildan de “burguesa”, cuando no de “clerical”. Ignoran que quien más desprecia la moralidad es precisamente la burguesía, a la que ellos imitan en su inmoralidad. Ahora estamos en una sociedad sin ética y sin valores, construida de ese modo desde el poder, con ayuda de aquéllos. Una vez que vivimos en la anomia, esto es, en la falta de normas y criterios morales, las conductas se disparatan y se hace más “necesaria” que nunca la policía. Por tanto, tales “subversivos” son meros heraldos del Estado policial. No puede haber vida popular ni revolución integral sin normas morales ni valores, que han de adoptar la forma de una ética revolucionaria, como la de, por ejemplo, los filósofos cínicos.
V.
Y además las descuartizan. Una fémina, T.S., asesinó a otra, I.S., recientemente, y la descuartizó. El móvil fue el dinero. El feminismo exige apoyar todo lo que haga toda mujer, ya que éstas, dice, son el bien y siempre hacen el bien, no como los varones, que son el mal y siempre hacen el mal. Este discurso, copiado del biologicismo racista nazi, entra en barrena ante casos como éste, en los que la violencia de las mujeres se dirige contra otras mujeres. El actual Estado feminista, para evitar que se cuestionen sus “verdades”, oculta en las estadísticas cuántas mujeres son asesinadas por otras mujeres en “España” al año, y los medios muy difícilmente informan de algún caso como éste, al que inicialmente dieron cobertura porque pensaron que era “de violencia de género”. Pero ahí está.
VI.
Hace unos años, cuando se inició la crisis del capitalismo occidental en que estamos unos conocidos me dijeron que no había necesidad de hacer nada pues el capitalismo “se estaba derrumbando solo”. Han pasado unos años cruciales, el capitalismo no se ha derrumbado y ese grupo sigue sin hacer nada. Desde luego, es una idea encantadora, esa de que una mañana nos despertamos y encontramos que ¡el capitalismo ya no existe! Es como entrar en el supermercado y agarrar una lata que ponga en la etiqueta “Post-Capitalismo feliz”, además muy barata. Desde luego, los narcóticos espirituales son infinitos, y todos ellos embrutecedores e infantilizantes. La revolución integral no es un regalo sino un esfuerzo. Un esfuerzo enorme durante mucho pero mucho tiempo. Y un sacrificio. Necesita de la épica, no de la necedad.
VII.
Estuve en un recital de poesía en la universidad. Me quedé perplejo. Aquello no era ni siquiera mala poesía sino algo mucho peor, locuacidad ínfima y patética perorada por sujetos, ellas y ellos, que no tienen nada en su interior, entes vaciados, sin ideas ni emociones, seres nada en estado puro. Para reponerme hojeé libros de filosofía recién editados. No encontré ni uno sólo que pueda calificarse de tal. Sus contenidos son inenarrables, una mezcla de bizantinismos, sutilezas cutres y patochadas. Así estamos. Llevando una vida de cerdos, sin poesía, sin filosofía, meras criaturas zoológicas que, eso sí, salen a la calle a protestar “contra los recortes”. Pero, ¿para cuándo una manifestación contra la destrucción de la poesía, contra la aniquilación de la filosofía? Dado que ni la una ni la otra afectan al estómago, quizá para nunca….
VIII.
Me he puesto a leer a un poeta del siglo XVI, Francisco de Aldana. Es difícil, por su barroquismo y complicación, y no me parece un poeta excelente. Pero, sea como fuere, en una de sus “Octavas” he encontrado esta definición implícita del ser humano, en la forma de suma de capacidades, “saber, valor, poder, ser, honra y fuerza”. Saber, esto es, verdad y voluntad de verdad. Valor, cuando ahora vivimos en una sociedad de cobardes y caguetas. Poder, como poder hacer, o fundamento de la autonomía y la libertad. Ser, aunque en el presente lo que se impone es la renuncia a ser y el no ser. Honra, vale decir, autorrespeto, conciencia de sí y dignidad. Fuerza, cuando lo que se lleva es la más abyecta debilidad, que además se intenta hacer rentable con el victimismo. ¡Qué tiempos aquellos del siglo XVI, cuando aún quedaban seres humanos!
IX.
Necesita ayuda? Pregunte a Nikita
X.
Especializado en biología de la población, el científico estadounidense-ruso Peter Turchin desarrolla teorías, que respalda con pruebas, que predicen el futuro llevando un registro de “procesos temporalmente variables y a través de la búsqueda de mecanismos causales” en la historia. El campo de estudio de Turchin, al que él se refiere como “cliodinámica” –en honor a Clio, la musa griega de la historia– ha estado últimamente en boca de la comunidad científica a raíz de la publicación de un artículo suyo en la revista Nature. El trabajo de Turchin expone que, en Estados Unidos, los picos de violencia ocurren en ciclos de 50 años, y que la próxima convulsión que golpeará duro a la Humanidad será en 2020. Parecería una de esas memeces al estilo de las del apocalipsis maya si no fuera porque sus tesis son resultado del trabajo de un científico vivo, moderno y respetado, y no mitos sobre pueblos extintos hace milenios elucubrados por hippies hasta el culo de peyote. Hablamos con Turchin para saber qué hará que EE.UU caiga en un horripilante, distópico pozo de violencia dentro de sólo ocho años.
Dice Turchin que los estudios históricos demuestran que la sociedad atraviesa ciclos de violencia a largo plazo: hay un periodo de acumulación de más o menos un siglo, seguido de un periodo de violencia, o un levantamiento, que dura diez o quince años. Después la gente se cansa y la siguiente generación vuelve a ser pacífica. Entonces es probable que los nietos de esa generación —que nunca han experimentado de primera mano la severidad de un levantamiento— empiecen a crear problemas. Mi teoría sugiere que EE.UU alcanzará un nuevo pico de violencia en 2020. El término “violencia” implica incluí tres tipos distintos de violencia en su investigación. En primer lugar están los “grupos contra grupos”, que en el caso de EE.UU implica amotinamientos. Después están los “grupos contra individuos”, que serían los linchamientos y cosas por el estilo. Y por último tenemos los “individuos contra grupos”, las masacres indiscriminadas. Se ha visto un fuerte aumento de esto en tiempos recientes. Es cuando sola una persona asesina a un grupo de gente, lo cual es en esencia una forma de terrorismo, aunque no se acostumbre a calificarse como tal cuando es violencia entre estadounidenses. Columbine, Virginia Tech y la bomba de Timothy McVeigh serían buenos ejemplos, porque esta clase de ataques suelen estar dirigidos contra grandes instituciones, como el sistema educativo o el gobierno. Los incidentes de este tipo han aumentado en un factor de 20 durante la última generación.
Los problemas siempre han venido de la gente con poder, y del número de esas personas que quieren el máximo poder. Hay demasiados políticos empresarios que buscan obtener poder, y si no lo obtienen quedan frustrados. Así comienzan las revoluciones: cuando los miembros de una élite intentan cambiar el orden político en favor suyo.
XI.
Mantén tu buena reputación con una cirugía reconstructiva de himen.
Esto es todo,amigos.
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