A pesar de que la economía va como un cohete y de que tenemos el gobierno más social de la historia de España, las privaciones materiales de los trabajadores españoles son ahora mayores que hace una década.
España es el sexto país de toda la Unión Europea cuya población sufre mayores privaciones materiales. Un indicador que nos sirve para aproximar la tasa de pobreza real dentro de nuestro país, en concreto, Eurostat, el Instituto de Estadística Europeo, entiende que un hogar se halla en situación de privación material cuando no pueda hacer frente a al menos tres de las siguientes nueve partidas de gastos.
En primer lugar, hacer frente a gastos inesperados. En segundo lugar, una semana de vacaciones anuales fuera de casa. En tercer lugar, evitar retrasos en el pago de la hipoteca, del alquiler o de las cuotas de compras a plazos. En cuarto lugar, una comida con carne, pollo, pescado o equivalente vegetariano cada dos días. En quinto lugar, mantener la vivienda a una temperatura adecuada.
En sexto lugar, una lavadora. En séptimo lugar, un televisor a color. En octavo lugar, un teléfono y por último, un coche personal.
Pues bien, aquellos hogares que no puedan hacer frente a al menos tres de estos nueve gastos, se los clasifica estadísticamente como en situación de privación material. Y España, como señalaba antes, es el sexto país de toda la Unión Europea con un mayor porcentaje de hogares en situación de privación material. En concreto, el 9,7% de las familias españolas padece de privación material, tal como la acabamos de definir.
Que España sea el sexto país cuyas familias sufren una mayor privación material de toda la Unión Europea, debería resultarnos llamativo dado que desde el año 2018, es decir, hace ya 7 años, este país lo está gobernando una coalición política de izquierdas, es decir, una coalición política cuya motivación ideológica principal es supuestamente erradicar estas situaciones de pobreza, redistribuir la renta desde los más ricos a los más pobres para que cada vez haya menos ricos, pero también menos pobres.
Y el problema es que atendiendo a esta estadística, cada vez no hay menos pobres. Sin ir demasiado lejos, en el año 2018, cuando el Partido Socialista llegó al poder, la tasa de privación material entre las familias españolas era del 9,1%. Es decir, más baja que en el año 2024, todavía peor. En el año 2015, en plena crisis económica, gobernando la turbo derecha que solo ejecutaba recortes sociales gravosísimos, la tasa de privación material entre las familias españolas era del 9,3%, más baja que en la actualidad. Desde el año 2015, el PIB de España, la producción final agregada de nuestro país, se ha incrementado de una manera muy sustancial.
Y en consecuencia, si fuera verdad que la izquierda gobernante prioriza la redistribución de esos frutos de la riqueza social, lo que deberíamos estar viendo es que la tasa de pobreza, que la privación material que padecen objetivamente las familias españolas se está desmoronando y no es así. De hecho, en 2015 España era el país con mayor tasa de pobreza, con mayor tasa de privación material de toda la Unión Europea. Ahora somos el sexto, es decir, que nuestros vecinos en general se han reducido su tasa de pobreza, su tasa de privación material y nosotros no lo hemos hecho. En 2015 la tasa de privación material en promedio dentro de la Unión Europea era del 12%, es decir, sustancialmente más elevada que la de España en el 9,3% en el año 2015.
Ahora, en cambio, en 2024, la tasa de privación material promedio en Europa es del 8,4% y la de España es del 9,7%.
Así que, de estar bastante por debajo de la media europea, España ha pasado a estar bastante por encima. Es decir, no solo nos hemos estancado, nos hemos estancado mientras los otros han avanzado a la hora de reducir su pobreza interna.
¿Cómo es esto posible? ¿Cómo es posible que la economía española vaya como una moto o incluso como un cohete?, que estemos creciendo mucho más que el resto de países de la Unión Europea y que además disfrutemos de un gobierno turbo progresista que aplica la mayor política social de la historia de nuestro país, es decir, que redistribuye ampliamente los frutos de ese vigorosísimo crecimiento y en cambio la tasa de pobreza medida a través de la tasa de privación material no esté bajando, sino que en comparación con hace una década incluso haya aumentado.
Bueno, pues en este caso creo que resulta especialmente ilustrativo fijarnos en cómo ha evolucionado a lo largo de esta última década la privación material entre dos grupos de edad. Por un lado, el grupo de edad de personas en edad de trabajar, entre 18 y 64 años y por otro lado, el grupo de edad de personas jubiladas con más de 65 años.
En el primer caso, observaremos que la tasa de privación material ha aumentado. En el año 2015, el 9,7% de todas las personas, entre 18 y 64 años padecían de privación material. Una década después es el 11,2%, un incremento de 1,5 puntos porcentuales. Pero, ¿qué ha sucedido paralelamente con la privación material entre los mayores de 65 años? Pues todo lo contrario, en el año 2015, el 16,3% de la población con más de 65 años sufría de privación material. Una década después es el 11,5%. una caída de prácticamente cinco puntos porcentuales, es decir, que se incrementa la privación material entre las personas en edad de trabajar y se reduce la privación material entre las personas que ya están jubiladas.
Daos cuenta de lo que estamos diciendo. En el año 2024, la población española en edad de trabajar sufría de mayor privación material que en el año 2015, año en el que la tasa de paro prácticamente duplicaba sus niveles del año 2024.
En el año 2015 la tasa de paro era del 20,9% de la población activa. En el año 2024 del 10,6%. Por consiguiente, una persona aleatoria en edad de trabajar en el año 2024 tenía mayor probabilidad de experimentar privaciones materiales que en el año 2015, cuando la tasa de paro era el doble que ahora.
¿Cómo es posible todo esto si además el tamaño del Estado en España, del Estado supuestamente paternalista o maternalista, jamás ha sido mayor que en la actualidad? ¿Cómo puede ser que con escudos sociales, que con un estado ultra protector la situación de privación material de las familias españolas sea peor ahora que cuando la tasa de paro era del 21%? Pues porque hay una intensa redistribución de la renta, pero cada vez está más escorada, más sesgada hacia las personas de más de 65 años, porque el gasto agregado en pensiones públicas no deja de aumentar en la medida en que la generosidad de esas pensiones públicas se incrementa y en la medida en que cada vez hay más personas jubiladas.
Por tanto, el Estado redistribuye los ingresos, pero no hacia la población en edad de trabajar, sino hacia la población jubilada. Y como esos ingresos son sustraídos, son pagados vía impuestos mayoritariamente por la población en edad de trabajar, su situación fiscal neta en términos promedio ha empeorado a lo largo de esta década.
Si además añadimos otro crucial factor a la ecuación que es el problema de la vivienda, un problema que sufren especialmente las familias más jóvenes que no habían podido adquirir un hogar antes del año 2018 o 2019 y que lógicamente sufren en muchísima menor medida las familias jubiladas, porque prácticamente todas ellas son propietarias de una vivienda. Pues entonces si el estado fiscal cada vez te explota más, te quita más y te da menos y además tus ingresos disponibles reales se ven estrangulados por un precio de la vivienda creciente, pues entonces, como digo, el porcentaje de familias trabajadoras pauperizadas durante los últimos años ha crecido.
En cambio, esos mismos problemas no los padecen las familias de más de 65 años, porque la redistribución fiscal va a su favor y porque además están blindados frente al encarecimiento de la vivienda. En algunos casos incluso son rentistas y por tanto beneficiarios del problema social de la vivienda. Pueden contar con más de una vivienda y cobran alquileres por ella y por tanto sus ingresos efectivos crecen.
Pues eso es lo que explica el estancamiento cuando no aumenta la tasa de privación material entre las familias españolas. Hay un grupo social que cada vez experimenta mayor privación material, las familias en edad de trabajar y hay otro grupo social que cada vez experimenta menor privación material, las familias de más de 65 años.
Y por desgracia y por culpa del intervencionismo fiscal y regulatorio del Estado, existe una relación de juego de suma cero entre el empobrecimiento de unos y el enriquecimiento de otros, porque eso es lo que fomenta el Estado, no la cooperación entre individuos o entre grupos, sino el parasitismo entre individuos y entre grupos.
No solo se trata de organizarme para que tú no me robes, sino que en última instancia se trata de organizarse para ser yo el que te robe. Y por eso no solo tenemos que poner fin a esta redistribución fiscal y regulatoria perversa que empobrece a las familias trabajadoras, sino que hay que atacar la raíz del mal.
Es decir, hay que deslegitimar la acción intervencionista masiva del Estado para seleccionar a conveniencia de manera arbitraria, cuando no, en función de los intereses electorales de las oligarquías de turno para seleccionar arbitraria o interesadamente quiénes ganan y quiénes pierden dentro de una sociedad.
JR Rayo

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