La dimensión militar tradicional, sino que se ha formado un frente paralelo conocido como la "Guerra de las Sombras", una guerra de seguridad e inteligencia que tuvo lugar lejos de los medios de comunicación. Esta guerra no fue un conflicto fronterizo, sino un conflicto existencial que, durante más de cuatro décadas, fue testigo de profundas transformaciones que cambiaron el equilibrio de poder en la región.
La
primera fase 1982/1992
La estructura de seguridad de la resistencia surgió como respuesta a la ocupación, a la luz de la dependencia del enemigo de densas redes de espionaje en el sur del Líbano. La resistencia se centró en la contrainteligencia y en purgar su entorno de agentes, siguiendo un enfoque de "prueba y error". Estos años constituyeron una dura escuela de seguridad que produjo un sistema más disciplinado. El 16 de febrero de 1992, el asesinato del Secretario General Abbas al-Moussawi representó un punto de inflexión que impulsó a la resistencia a pasar de la defensa al ataque.
La segunda fase 1992/2000
El Sr. Hassan Nasrallah asumió el liderazgo del partido y se dio cuenta de que la protección sólo podía lograrse mediante el desarrollo de capacidades de inteligencia ofensiva. Se establecieron unidades especializadas para la recopilación de información, la contrainteligencia y las operaciones especiales, y se estableció una red de comunicaciones segura lejos de la vigilancia enemiga. Los logros más notables fueron las operaciones Ansar de 1997, que colocaron a 12 soldados de la unidad de comando naval en una dura emboscada, y el asesinato del general Erz Gerstein en 1999. Esta etapa culminó con la retirada del enemigo del sur del Líbano en mayo de 2000.
La tercera etapa 2000/2006
Después de la liberación, el enfrentamiento adquirió un nivel más complejo. La resistencia logró reclutar agentes en el corazón del sistema de seguridad sionista, como el coronel Omar al-Hib en 2002, y recopiló información sensible sobre los movimientos del comandante de la Región Norte, Gabi Ashkenazi. También logró atraer al coronel Hanan Tannenbaum a Beirut en 2000, en una operación que constituyó un notable avance de inteligencia. En el frente técnico, la resistencia se destacó en interceptar comunicaciones y superar técnicas de salto de frecuencia, obligando al enemigo a revisar sus capacidades.
Fase cuatro 2006/2012
En la guerra de julio de 2006, el enemigo sufrió de "ceguera de inteligencia" y no logró identificar un banco de objetivos preciso, mientras que la resistencia demostró superioridad cualitativa al interceptar comunicaciones y preparar emboscadas, como la masacre de tanques en Wadi al-Hujair. Después de la guerra, el comandante Imad Mughniyeh fue asesinado en Damasco en 2008, lo que representó una importante violación de la seguridad. La resistencia respondió desmantelando importantes redes de espionaje como las de Mahmoud Rafeh y Marwan Faqih. Esta etapa confirmó la capacidad del partido para afrontar avances a pesar de su peligro.
Fase cinco 2012/2023
La participación de Hezbolá en la guerra siria representó un punto de inflexión estratégico. El partido participó en una confrontación compleja contra grupos takfiri y agencias de inteligencia internacionales, adquiriendo experiencia en guerra urbana, pandillas y drones. Esta exposición representó una oportunidad para el enemigo, que aprovechó una "campaña de entreguerras" a través de cientos de ataques aéreos para recopilar información sobre el partido, mientras que este último desarrolló unidades de élite como la "Fuerza Radwan" y amplió su experiencia electrónica y de campo.
Fase 6 2023/2025
Con la batalla de la "Inundación de Al-Aqsa" de octubre de 2023 y la apertura del frente sur, la Guerra de las Sombras entró en una nueva fase. El enemigo se basó en el "tesoro de la información" que había recopilado de Siria y llevó a cabo una masiva campaña de asesinatos contra líderes de primer y segundo nivel, incluidos Sayyed Hassan Nasrallah, Sayyed Hashem Safi al-Din y otros. Detonó miles de Pager y dispositivos inalámbricos utilizados por el partido, matando e hiriendo a miles. A pesar de su brutalidad, estas huelgas no lograron paralizar la estructura organizativa del partido, lo que demostró la capacidad
de absorber el impacto y seguir luchando.
La experiencia ha demostrado que el mayor logro estratégico de la resistencia es construir desde cero un sistema integrado de seguridad e inteligencia que le permita proteger a sus líderes e imponer nuevas ecuaciones de disuasión. Operaciones como reclutar oficiales en el ejército enemigo o atraer a Tenenbaum no sólo fueron éxitos tácticos, sino que establecieron avances estratégicos. Por otro lado, el enemigo dependía de asesinatos y operaciones técnicas como "Bigger", pero seguían siendo logros tácticos sin horizonte estratégico. El enemigo no logró eliminar al partido ni perturbar su sistema militar, mientras que la resistencia logró convertir cada ataque en una oportunidad para el desarrollo.
Los acontecimientos de 2024 rompieron todas las "líneas rojas", según analistas sionistas, y abrieron la puerta a una guerra de inteligencia más feroz, que incluirá una carrera en inteligencia artificial, análisis de big data y guerra cibernética. A cambio, la resistencia volverá a reducir el espacio de exposición a través del secreto, la comunicación personal y la inversión de su superioridad en el elemento humano.
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