11 noviembre 2010

Diálogo platoniano


Entre los Diálogo de Platón se encuentra Fedro o De la belleza, considerado como uno de los escritos de juventud de Platón. En él se aborda una auténtica catarata de temas: tanto el amor como la retórica, el bien, la oratoria, la belleza, la integridad del alma, etc., etc. La invitación a la reflexión, el análisis y el entendimiento campean, válgasenos la expresión, por todos los rincones de esta obra.
 
La fogosidad del joven Sócrates se desparrama en este diálogo en el que tercamente busca la iniciación de Fedro enseñándole a alimentar el alma para que de ella salgan las imprescindibles alas que le permitan remontarse en la infinitud del todo logrando su divinización, su inmortalidad.

El alma universal, sentencia Sócrates, rige la materia inanimada y hace su evolución en el universo, manifestándose bajo mil formas diversas. Cuando es perfecta y alada, campea en lo más alto de los cielos y gobierna el orden universal. Pero cuando ha perdido sus alas, rueda en los espacios infinitos hasta que se adhiere a algo sólido, y fija allí su estancia, y cuando ha revestido un cuerpo terrestre, que desde aquel acto, movido por la fuerza que le comunica, parece moverse por sí mismo, esta reunión de alma y cuerpo se llama un ser vivo, con el aditamento de ser mortal. En cuanto al hombre inmortal el razonamiento no puede definirlo, pero nosotros nos lo imaginamos; y sin haber visto jamás la sustancia a la que este nombre conviene, y sin comprenderla lo suficiente, deducimos que un ser inmortal está formado por la reunión de un alma y de un cuerpo unidos de toda eternidad.


2 comentarios:

Mimí- Ana Rico dijo...

Da por supuesto un después de una de las partes, pero ahora sabemos que alma es mente y mente de manera inevitable implica cuerpo.
El alma para vivir necesita neuronas, bucles y electricidad.

¿Estaban equivocados por completo?

Crearon teorías sobre el mundo que conocían.

Mimí- Ana Rico dijo...

Gracias por el pdf, me regalaron el libro hace poco.